domingo, 18 de octubre de 2009

Español 2, Tenerife 1

La semana desembocaba en el partido de hoy con el oleaje de las declaraciones cruzadas entre el club y Tamudo. Caso incomprensible. Pochettino, descartándole de la alineación, ha acertado una vez más. El partido llevaba rumor de Tamudo, tanto que en el minuto 23 —tras los aplausos unánimes del 21— las gradas no sabían qué hacer, si cantar el nombre de Tamudo o silbar. O silbar, ¿a quién? ¿Al jugador? ¿A la presidencia del club? Demasiados interrogantes que han sumido el minuto 23 en un pequeño disparate, sombra del gran disparate que llegaba de la semana. En ese momento el partido iba 1 a 1 y mediada la segunda parte no se veía solución al equilibrio que habían establecido ambos equipos sobre la hierba. En ese momento Feliciano sale del banquillo y llama a uno de los tres jugadores que calientan junto al banderín de córner: ¿Será a Nacamura? ¿Será a Iván de la Peña? Los dos le dicen al tercero que no, que es a él a quien llaman. El tercero no se lo cree. El tercero se llama Fernando Marqués. Jugó como media punta una de las partes contra el Liverpool. No lo hizo mal, desde luego, pero ¿quién iba a fijarse en él aquella noche con tres goles espectaculares?


Nada más salir al campo, Fernando Marqués ha destrozado desde la banda izquierda al Tenerife. Ni con tres jugadores han conseguido pararle. Y de las seis o siete veces que ha llegado hasta la línea y ha dejado la pelota flotando delante de la portería, una ha encontrado el acierto de Iván Alonso. Y todo el trabajo del Tenerife, su buen juego esta tarde, se ha ido rodando escaleras abajo; adiós a la ilusión de salir con el puntito que, acaso, ya acariciaban. Hay que desear al Tenerife, sin embargo, que se consolide en Primera División. Hace un juego abierto, dinámico, valiente, rápido, con buenas combinaciones y ha ofrecido esta tarde un partido interesante. De no ser por Fernando Marqués, que ha destrozado sus líneas sin que supieran —ni ellos ni los espectadores— quién había salido al campo, hubieran cumplido su objetivo de no perder. Pero Pochettino, que demuestra dominar cada vez más todos los matices del juego, en lugar de elegir a Nacamura o a De la Peña —como pedía la grada y los muchos japoneses— ha llamado a Marqués. Jugador precoz, extraviado tal vez por los excesos de la precocidad, y apartado por ello de los equipos grandes que se lo hubieran rifado —debutó en el Atlético de Madrid junto a Torres—, ha llegado al Español por la puerta de atrás, pero con la serenidad de quien agradece una oportunidad, y es capaz de demuestrar su gran altura. Hoy, al acabar el partido, ya nadie se acordaba de Tamudo. El rumor llevaba otras sílabas. Es lo mejor que le puede pasar al equipo.

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