Como no pude ver el partido, obviamente, recurrí a un amigo malagueño para que me diera su impresión. La copio aquí: «En fin, mi querido amigo, creo que alguien inventó aquello de "el fútbol es así". Ambos equipos han tenido similares ocasiones de gol, pero, como ha dicho vuestro entrenador, el Málaga de ahora convierte en oro todo lo que toca, en tanto que el Eapañol parece estar en la dinámica contraria. A mí no me ha parecido, ni muchísimo menos, de los peores equipos que han pasado por aquí. Sin embargo, ha sido nuestra mayor goleada. Me gusta mucho este Málaga (sería prolijo explicarlo), pero no me ha disgustado este Español. Eso sí, os falta fe».
Mi amigo de Málaga dice lo que ya nadie se atreve a pensar: este equipo es bueno, sus jugadores son buenos... pero ¿qué le pasa?
En la primera vuelta del año pasado se olvidó de perder, y ahora se ha olvidado de ganar. ¿Quién lo entiende? ¿Hay alguien que lo sepa?
Tal vez lo abultado de la derrota sirva para dar alguna pista. De los cuatro goles, el último fue por tirar la toalla. Los dos anteriores, penaltis, los dos, provocados por Lacruz. El primero, un gol precioso del Málaga que bien podía haber sido su único gol del partido. Lacruz cubría la ausencia de Nico Pareja: por ahí llegaron dos goles. Kameni se suplía a sí mismo, de ahí el cuarto. En suma: es un equipo muy frágil, al que cualquier alteración en la alineación le produce consecuencias traumáticas.
Luis, solo ante el portero, la envió a las nubes. Valdo al palo. La cabeza de Moisés apuntó a las manos del guardamenta y a Coro se le fue arriba. Fueron jugadas que podían haber sido goles. ¿Qué falta para que lo sean? La respuesta tras estos diez últimos años está clara: falta Tamudo. Al Español no le pueden ir bien las cosas hasta que no supere esa ausencia con otro delantero con personalidad que le dé sentido, desde arriba, a todo el juego del equipo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario