domingo, 22 de marzo de 2009

Osasuna 1, Español 0

Los argumentos que mayor desazón producen son aquellos donde el protagonista no se enfrenta a un adversario, sino ante los designios del destino. Y el destino, para los humanos, es un asunto que habla siempre de la mortalidad. En los argumentos donde se dirime la existencia el protagonista, cuyos esfuerzos por salvar el alma elevan el espíritu y consiguen la complicidad ciega del observador, está siempre a punto de lograr una victoria frente al destino que, por otra parte, jamás conseguirá. El Español se ha convertido esta temporada en un héroe existencialista. Lo hace casi todo bien, su fe en la salvación es modélica, sus acciones son virtuosas, a veces da la impresión de que humanamente nada más es posible hacer. No encara adversarios de su nivel, simples equipos de fútbol como él; delante, domingo tras domingo, se yergue la sombra de su destino, que acaba segando la cabeza desesperada que tan bien había jugado o tanto esfuerzo había derrochado. No juega al fútbol el Español, se juega la existencia en un duelo desigual: él contra él mismo. En los argumentos donde el protagonista se enfrenta a su destino la intriga prende precisamente en el camino de salvación emprendido, que puede sanar el espíritu de quien lo sigue ciegamente, aunque se sepa, de antemano, que jamás ningún humano ha logrado victoria alguna en este terreno de juego.

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