El Málaga no se jugaba nada; el Español la fiesta. Por fin todo ha salido sin torcerse un ápice. Hasta tres goles de Tamudo. Y algunos ensayos estratégicos que sonaban muy bien, de esos que uno no puede permitirse el lujo de experimentar cuando anda por ahí abajo. El día traía un aire paradójico de celebración: de permanencia y de despedida —al mismo tiempo—. Montjuïc no es un buen estadio: pero se ha hecho querer en esta década de vida realquilada. Lo mejor: el clima de novedad: nuevo estadio, nuevos jugadores y ¿otras novedades?
domingo, 31 de mayo de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario