Málaga 2, Español 1

«Claro que ha habido penalti, no estoy tan ciego. Habrá cosas que no vea, es posible, uno no puede estar en todo durante un partido; pero un penalti, cómo no voy a ver un penalti. Ahora, toda esta gentuza vestida de amarillo debería saber que una cosa es que haya un penalti y otra que yo lo pite. De hecho, penalti-penalti sólo lo hay porque lo pito yo. Si no, es sólo una jugada más, un aquí no ha pasado nada, a levantarse. Me piden que pite penalti, a mí, que soy quien he de decir si ha habido o no penalti. ¿Y cómo voy a pitarles un penalti a favor a esta pandilla de gritones de amarillo que ni siquiera saben distinguir lo que es un penalti de lo que es pitar un penalti? ¿De estos energúmenos que se creen que porque los del Málaga les hayan hecho un penalti yo estoy obligado a pitarlo? Por favor. Hasta ahí podíamos llegar. ¡Obligado yo a pitar un penalti! Qué falta de educación y de decencia por parte de los jugadores. Lo que digo: gentuza. ¿Quiénes se creen que son estos del Español? ¿Cómo quieren que les pite un penalti, aunque haya habido penalti? ¿O es que no se dan cuenta de que no puedo pitarlo? Tan tontos no deben de ser. Porque, ¿qué respondo yo cuando me cruce en los pasillos de la federación con otros árbitros y me digan: «así que andas pitando penaltis a favor del Español, eh, cómo se te ocurre»? Y eso, decidme, listillos, ¿qué les respondo entonces, eh? Me pongo rojo como una tarjeta roja y encima tengo que tragármela. Con lo que me fastidia a mí tragarme estas cosas. No, qué va. Este penalti no lo pito ni aunque el portero le arranque las piernas de cuajo al delantero. Aquí el que dicta las cosas que han existido soy yo. Aquí quien establece la realidad del partido soy yo. A ver si os enteráis, muertos de hambre. Y encima se quejan, pobrecillos, ignorantes.»