En el mínimo rectángulo donde sigo el partido en una retransmisión gratuita de Internet veo un lanzamiento bárbaro desde fuera del área de un jugador del Xerez CD y una acrobática parada de Kameni que funde el vídeo. Se cuelga. En la radio cuentan el córner siguiente y cantan el gol andaluz. Luego llega el primer córner del partido para el Español. Ya no consigo ver nada más en la pantallita de la web. Sigue colgada, dudo incluso si no seré yo quien se ha fundido en lugar de la minirretransmisión. Pero sí logro escuchar en la radio que ya no queda nada por oír. Abro una página del Xerez y leo su crónica del partido: «De pena el Xerez, el peor partido de la temporada». Y pienso... ¿qué opinión merecerá el Español que no consigue nada más que un empate ante el peor juego del colista?
Busco explicaciones para esta desatención del equipo hacia la realidad, y no las encuentro. Hoy no he visto, en la pantallita de la web, que el Xerez se cerrase en banda. Más bien ha tenido una posesión del balón pareja a la del Español; posesión que se repartían la inocencia local y la abulia visitante. Tampoco ha presionado en ningún momento. El Español ha jugado como ha querido. Ha hecho el primer gol cuando le ha apetecido y se ha dejado empatar también según viene siendo ya gusto de la casa: a balón parado y en jugada tonta. El único modelo futbolístico que he visto esta tarde en el Español ha sido la disposición del futbolín. Hoy los blanquiazules de amarillo han sido un equipo de futbolín. Y los xerecistas tienen razón: en realidad son ellos los que han perdido los dos puntos que quita un empate: podrían haber marcado el segundo, como hizo el Málaga, en cualquier despiste.
Es como si el Español se hubiera aficionado a los abismos. Sin sentir el helor de la sima de segunda en la espalda, parece que no valga la pena esforzarse. A las mismas jornadas que quedan de liga, el año pasado el Betis se consideraba bien situado en primera. El segundo y tercer invitados al descenso, este año, posiblemente estén ahora hacia la mitad de la tabla, donde se arremolinan casi 10 equipos a dos o tres partidos de distancia. Haber conseguido sólo 2 puntos de 6 posibles frente al Xerez esta liga, en dos encuentros deplorables, es haber renunciado al 10% de la salvación. Esperemos no tener que echarlos de menos dentro de tres meses.
Busco explicaciones para esta desatención del equipo hacia la realidad, y no las encuentro. Hoy no he visto, en la pantallita de la web, que el Xerez se cerrase en banda. Más bien ha tenido una posesión del balón pareja a la del Español; posesión que se repartían la inocencia local y la abulia visitante. Tampoco ha presionado en ningún momento. El Español ha jugado como ha querido. Ha hecho el primer gol cuando le ha apetecido y se ha dejado empatar también según viene siendo ya gusto de la casa: a balón parado y en jugada tonta. El único modelo futbolístico que he visto esta tarde en el Español ha sido la disposición del futbolín. Hoy los blanquiazules de amarillo han sido un equipo de futbolín. Y los xerecistas tienen razón: en realidad son ellos los que han perdido los dos puntos que quita un empate: podrían haber marcado el segundo, como hizo el Málaga, en cualquier despiste.
Es como si el Español se hubiera aficionado a los abismos. Sin sentir el helor de la sima de segunda en la espalda, parece que no valga la pena esforzarse. A las mismas jornadas que quedan de liga, el año pasado el Betis se consideraba bien situado en primera. El segundo y tercer invitados al descenso, este año, posiblemente estén ahora hacia la mitad de la tabla, donde se arremolinan casi 10 equipos a dos o tres partidos de distancia. Haber conseguido sólo 2 puntos de 6 posibles frente al Xerez esta liga, en dos encuentros deplorables, es haber renunciado al 10% de la salvación. Esperemos no tener que echarlos de menos dentro de tres meses.
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